Por: Nataly Carrasco Vaca
La Fiesta de la Virgen del Carmen en la ciudad de El Alto une fe, tradición y cultura, destacándose por su rica expresión folklórica. Con el propósito de prepararse para vivir esta festividad desde la fe, el viernes 4 de julio, en la zona 16 de Julio, Alto Lima, Erika Aldunate Loza, teóloga y directora del Centro de Promoción del Laicado “Ricardo Bacherer” (CEPROLAI), compartió con la comunidad parroquial de la Iglesia Santa María de los Ángeles una reflexión titulada: “La figura de María en relación a la mujer boliviana”.
La charla sostuvo Aldunate, abordó el “Sí” de María, una mujer joven que supo escuchar el llamado de Dios para ser madre de su Hijo. De manera clara e inteligente, María preguntó cómo podría asumir ese compromiso tan grande, reflejando una actitud reflexiva y valiente que también caracteriza a la mujer boliviana.
Todos los bolivianos deberíamos seguir el ejemplo de María: ser personas inteligentes, llenas de fe y valientes frente a las dificultades de la vida, porque con la ayuda de Dios todo es posible, sostuvo la teóloga.
La comunidad expresó gran alegría durante el evento, que contó con la asistencia de más de 200 personas, incluyendo miembros del clero, participantes de la catequesis familiar y personas comprometidas con el trabajo formativo del CEPROLAI.
Según el relato de San Simón Stock, la Virgen María se le apareció vestida con el hábito carmelita y le entregó el Escapulario como símbolo de salvación, prometiéndole, “El que muera con él no padecerá el fuego eterno”. Este suceso aconteció el año 1251 en Inglaterra. San Simón Stock, era el Superior General de la Orden de las Carmelitas del Convento de Cambridge. La misma orden estableció como fecha conmemorativa el 16 de julio como la fiesta anual de la Virgen del Carmen, la cual se celebra desde el siglo XII, la tradición fue reconocida por el Papa Pío XII.
«Mi alma glorifica al Señor,
y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su sierva.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.…» Magnificat