Por Nataly Carrasco Vaca
Los laicos, es decir, todos los bautizados miembros de la Iglesia católica, desempeñan un papel fundamental en la evangelización del mundo, una tarea que comparten en corresponsabilidad con el resto de la comunidad eclesial. Así lo destacó el teólogo Ramiro Callizaya, coordinador general del Centro de Promoción del Laicado “Ricardo Bacherer” (CEPROLAI), durante el encuentro permanente de formación de laicos realizado en la ciudad de El Alto del 9 al 11 de junio. En esta actividad, que reunió a cerca de 25 participantes, se abordó el tema “El rol del laico en la Iglesia sinodal”
Los temas abordados incluyeron: ¿Quiénes son los laicos?, una revisión histórica del papel del laico en la Iglesia, el laicado a partir del Concilio Vaticano II, ¿Qué es una Iglesia sinodal? y los desafíos para la participación laical en la Iglesia sinodal.
Callizaya afirmó que la misión propia y específica de los laicos se desarrolla en el mundo, de manera que su testimonio y sus acciones contribuyen a transformar la realidad y a crear estructuras justas conforme a los valores del Evangelio.
El teólogo también señaló que el ámbito propio de la actividad evangelizadora del laico abarca el vasto y complejo mundo: de la política, la realidad social y la economía, así como la cultura, las ciencias, las artes, la vida internacional y los medios de comunicación masiva. Además, incluye otras áreas abiertas a la evangelización, como el amor, la familia, la educación de niños y adolescentes, el trabajo profesional y el sufrimiento. Asimismo, los laicos tienen el deber de hacer creíble la fe que profesan, mostrando autenticidad y coherencia en su conducta.
Durante la formación, el coordinador general de CEPROLAI destacó los aspectos más relevantes del Sínodo de la Sinodalidad, subrayando las palabras del Papa Francisco, quien sostiene que el Sínodo, como método eclesial, es un espacio propicio para la reflexión y el diálogo, fundamentado en el discernimiento a la luz del Espíritu Santo. Asimismo, señaló que esta actitud representa una Iglesia con las puertas abiertas, dispuesta a “caminar juntos” y a fomentar el diálogo fraterno.
Los participantes del proceso de formación manifestaron su gratitud por los contenidos compartidos y su compromiso de réplica en sus instancias parroquiales.
«La sinodalidad encuentra su fuente y su fin último en la misión: nace de la misión y está orientada a la misión. Compartir la misión acerca a pastores y laicos, crea comunión y manifiesta la complementariedad de los distintos carismas» Papa Francisco

