“Madre de El Salvador y Madre nuestra, tú, Reina de Bolivia, desde la altura de tu Santuario en Copacabana, atiendes a las súplicas y a las necesidades de tus hijos, especialmente de los más pobres y abandonados, y los proteges” el Papa Francisco resume en estas líneas el sentir de todo un pueblo que vive bajo el amparo del manto virginal de la “Mamita morena”.
En un sentido homenaje, Geraldine Gutiérrez y el Centro de Promoción del Laicado «Ricardo Bacherer» CEPROLAI a través de Erika Aldunate propiciaron un evento que contó con la colaboración de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia mediante el Museo Fernando que abrió sus puertas para acoger a visitantes y devotos que en la víspera participaron del Homenaje por los 100 años de la Coronación de Nuestra Señora de Copacabana.
Coronar expresión de súplica, disponibilidad y agradecimiento
El acto de coronar a Nuestra Señora de Copacabana, sostuvo el Obispo de El Alto, Mons. Giovani Arana, durante el evento, contiene tres expresiones de profunda espiritualidad: súplica, disponibilidad y agradecimiento.
Es expresión de súplica como anhelo del pueblo que pide su actuación como intercesora.
Es expresión de disponibilidad porque como hijos suyos atendemos el pedido de la madre de Jesús y madre nuestra que nos dice hagan lo que mi hijo les pida.
Es expresión de agradecimiento por su papel en nuestra historia de salvación porque continúa acompañándonos en nuestro peregrinar en esta tierra.
La historia de la Mamita de Copacabana aseguró el Obispo es un reflejo del sincretismo religioso entre la cultura andina y la religión católica.
Virgen de Copacabana en clave trinitaria
En clave trinitaria, la autora del libro “Historia de la devoción a la Virgen de Copacabana” Erika Aldunate Loza, presentó una ponencia en la que subrayó los aspectos más destacados de su investigación doctoral que dio como resultado un estudio profundo que en palabras de la autora resume en proceso de gratitud, entrega y sacrificio.
En clave trinitaria, Aldunate describió el lugar, el devoto artista y la imagen de la Mamita de Copacabana.
Copacabana es un lugar místico del que emana la energía de los pueblos antiguos que lo tenían como un centro de espiritualidad y que se une con el sentir expresado en oración de los miles de devotos que visitan a la Virgen morena para contarle sus penas, alegrías, sueños y anhelos.
La historia de la devoción a la Virgen de Copacabana es la historia de la opción por los pobres afirmó Erika Aldunate que destacó la perseverancia de Francisco Tito Yupanqui un hombre humilde que por fe y devoción llevó la imagen de María Santísima a los altares en ese rinconcito patrio ubicado a orillas del Lago Titicaca.
Los milagros de la Virgen Morena fueron destacados con gran elocuencia por la escritora, ya que, según la tradición de los milagros, recogida y comunicada por Ramos, el primer milagro de la Virgen de Copacabana fue con el Niño Jesús en sus brazos que se acomodó en los brazos de su madre para que pudieran colocarle su corona sin tapar el rostro de María.
A la luz de distintas fuentes y desde un enfoque intercultural y crítico, Erika Aldunate revela en su obra doctoral, testimonios históricos sobre Copacabana, afirmando que esta es el resultado de una “construcción histórica” en vistas a la evangelización del indígena.
Rumbo al centenario de la Coronación de Nuestra Señora de Copacabana como reina de Bolivia
Ferviente devota de la Virgen Morena, Geraldine Gutiérrez compartió al público asistente al evento, documentos antiguos que registran el proceso de coronación de Nuestra Señora de Copacabana como reina de Bolivia.
Con profundo sentir Gutiérrez relató que el primero de agosto de 1925, la Virgen de Copacabana fue coronada como “Reina de Bolivia”, por Monseñor Augusto Sieffert, en la ciudad de Copacabana.
En esos tiempos, viajar hasta Copacabana implicaba un recorrido en tren y en barcos a vapor de esa forma llegaron al solemne acto el Presidente Bautista Saavedra junto a su esposa, el Nuncio Gaetano Cicognani, Secretario de la Nunciatura, Obispos de Oruro y Tarija, Ministros de Estado, embajadores de Argentina y Perú y otras autoridades, así como peregrinos de diferentes ciudades y países, ya que se organizaron Romerías extraordinarias hasta Copacabana (se calcula un aproximado de 20, 000 personas) para estar presentes tanto para la novena como para la Coronación.
En 1925 se cumplían 100 años de la creación de Bolivia, y según indica el artículo publicado en el periódico “La República”, el Presidente Bautista Saavedra, inicio los festejos del centenario patrio con la coronación de la Virgen de Copacabana.
“Como fervientes devotos de nuestra Madre, la Virgen de Copacabana, debemos difundir este importante y significativo hecho” sostuvo Geraldine Gutiérrez, destacando la importancia de realizar un piadoso homenaje a la Virgen”.
“Madre de Copacabana, Tú que en éste y en otros santuarios dedicados a ti recibes las súplicas y tantos testimonios de amor de tus hijos, los alientas en sus amarguras, inspiras sus deseos de conversión y les muestras a tu Hijo en brazos, haz que cada uno de nosotros encontremos el camino hacia Cristo; que recobremos el aliento para ayudar al hermano pobre, al que sufre, al que necesita paz y gracia. Tú, Madre de Candelaria, guíanos por el camino que conduce a Jesús, tu Hijo y Hermano nuestro, “luz para iluminar a todas las gentes”, Palabra del Padre y presencia del Espíritu”. (Radiomensaje del Papa Juan Pablo II al pueblo boliviano desde el avión que sobrevuela el Santuario de Copacabana. Sábado 14 de mayo de 1988)
